El cráneo se ensambla a partir de una gran cantidad de huesos, por lo general pares, formando un sistema de cavidades rígido, que encierra el cerebro y los sentidos de la vista, el oído y el equilibrio, el olfato y el gusto. Además, la cabeza contiene las partes superiores de los aparatos respiratorio y digestivo. Las superficies óseas del cráneo sirven como origen e inserción de músculos de la masticación y de la cara. Los huesos de la cabeza están unidos principalmente y de manera muy firme por suturas óseas formando el cráneo, con el que se articula la mandíbula y el aparato hioideo en forma móvil.
Solo una cantidad pequeña de los huesos de la cabeza tienen su origen embriológico en el esqueleto axial, la mayor parte se osifican a partir de un esqueleto dermal. En los mamíferos domésticos, los huesos primordiales del esqueleto axial, formados por osificación condral, constituyen principalmente la porción basal de la cavidad craneana, aunque también forman parte de la porción ósea de la cara. Todo el techo del cráneo se forma por osificación membranosa.
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